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Durante mi estancia en Italia lo que me pareció más interesante y sorprendente fue la sensibilidad de los italianos
ante los últimos acontecimientos mundiales. La campaña civil en contra de la inmunda y absurda guerra en Irak se traduce en
un gesto simbólico por la paz: colgar en los balcones una bandera arcoirisada que tiene escrita con letras blancas la palabra
pace. Esta campaña da a conocer al mundo entero el repudio del pueblo italiano por la carnicería humana que los gringos continúan
en la antigua Mesopotamia y que acarrea consecuencias a nivel planetario. Tal
vez no se cambie el mundo, tal vez Bush y Berlusconi no cambien su estrategia militar y política en Irak mirando las bonitas
banderitas en los balcones italianos, pero considero que es un gesto bien pensado para dar a conocer el rechazo a este conflicto
arcaico. La nación italiana es sensible ante esta situación pues saben que los tres rehenes italianos en Irak no son los únicos,
ni lo serán, si la guerra continúa.
Esta fastidiosa y cruel situación bélica en Irak nos encumbre a todos, directamente si se tiene un familiar en la armada o un ser querido muerto en algún tren en Madrid; pero también indirectamente, ya
que esta guerra ataca psicológicamente a todo aquel que lee los diarios y se interesa por la política internacional. Me refiero
al poder de las imágenes y a la violencia sutil y eficaz que estas ejercer sobre la persona. Los medios de comunicación siempre
gustan por jugar con los sentimientos del consumidor de información por evidentes intereses económicos, esta es una estrategia
que los estudiosos del marketing conocen bien. En este caso, los medios de comunicación utilizan la guerra en Irak para seducirnos
con escenas de tipo película gore, pero éstas son aun más crudas por ser reales. Por ejemplo, las fotografias de las torturas
que el ejército gringo aplicó a los irakies o la grabación de la ejecución de un hombre de negocios estadounidense por un
grupo iraki en repudio a la ocupación, son pruebas de la frialdad de la guerra y la morbosidad de la naturaleza humana, pues
los periódicos amarillistas son los que mas venden. Esto no es nada nuevo pues el ser humano siempre ha demostrado una atracción
por la sangre y el dolor ajeno. Desde la época del imperio romano, con las peleas de gladiadores, hasta los sacrificios aztecas
y las acciones de la inquisición, por diferentes razones el hombre ha demostrado su placer por matar y ver sufrir. Otro ejemplo,
ver como la gente se amontona siempre por observar a un atropellado o un accidente en auto. El placer por ver sufrir es deliciosamente
escondido, es un placer masoquista hecho tabú.
Tal vez las personas sensibles a la muerte y a la guerra sean la excepción
de la violenta naturaleza humana. Es difícil saber si el ser humano es pacifico o violento por naturaleza. Hay quienes creen
que el hombre es violento desde que comenzó a vivir en sociedad, pero es difícil aceptar esto pues es casi imposible estudiar
el comportamiento humano estando éste aislado de todo contacto con algún semejante, pues desde que nos autonombramos hommo
sapiens sapiens hemos vivido en sociedad. En caso de que sea la sociedad la que nos ha hecho violentos, ya es tiempo de que
aprendamos de las experiencias pasadas y en comunidad encontremos la mejor manera de vivir en paz. Si la violencia nos atrae
tanto entonces sigamos disfrutando de la sangre y la tortura, si no, trabajemos por una sociedad pacifica y justa, tal vez
esto sea una utopía, pero no cuesta nada soñar, al fin y al cabo la vida puede ser solo el sueño de un dragón o la pesadilla
de un perro vagabundo.
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