Al evocar la palabra Florencia yo siempre pienso
en flores y en su esencia, pienso en los deliciosos perfumes del Arte italiano y en sus frágiles colores. Florencia es una
ciudad donde uno se pasea con el sentimiento de estar en un sueño, o en un mundo virtual creado y recreado para dar placer
a los sentidos. Firenze, en italiano, es una ciudad de gran valor artístico e histórico. Grandes genios del arte italiano
han hecho de Florencia un lugar agradable e interesante infundiendo en los transeúntes un deleite espiritual. Esta ciudad
es considerada capital del Arte por la UNESCO ya que según este organismo 60%
de las obras de Arte más importantes del mundo se encuentran en Italia y más de la mitad solo en Florencia. Desde el siglo
XIII Florencia se afirmó como la cuna de las bellas artes. Con el tiempo, personajes como Donatello, Miguel Angel, Dante,
Botticelli, Machiavel, Da Vinci, Rubens, etc., han impregnado su ingenio, talento y sensibilidad en el refinado y estético
ambiente florentino. Ciudad y capital del renacimiento italiano, idealizada por
los humanistas, Florencia conserva muchos vestigios de esta época donde la ciencia y las artes llegaron a la vanguardia. Firenze
es una ciudad artísticamente hermosa, la Piazza de la Signora es la plaza mas
conocida de Florencia, aquí se encuentran obras arquitectónicas de gran valor como el palacio Vecchio, una replica del David
de Miguel Angel colocado enfrente del palacio de la Signoria de los Medici, entre otras esculturas y fuentes impresionantes.
Fue precisamente en esta hermosa plaza donde el fraile dominico Savonarola, quien
realizara en 1497 la primera hoguera de las vanidades, acusando la riqueza y la corrupción de las elites de la época, fue
ahorcado y quemado en la hoguera acusado de herejía, por haber ido en contra de ciertos valores inmutables.
En Florencia hay tantos detalles y sorpresas
en cada esquina, en cada edificio y en cada calle, que uno termina con las neuronas saturadas de tanta belleza. Caminando
por las calles florentinas me preguntaba precisamente sobre el significado de la belleza. Porqué al ver el puente Vecchio
y la Plazza del Duomo uno piensa que son hermosos? Los medios de comunicación,
la información turística y la gente siempre califican a Florencia como una ciudad hermosísima. Es cierto que se experimenta
una deliciosa sensación de bien estar al contemplar la arquitectura florentina, ese sentimiento de placer por la estética
esta impregnado de admiración por el talento de los creadores de tan excepcionales obras. Pero si se observa con detalle la
ciudad, así como cuando se lee entre las líneas, uno puede ver que la belleza guarda muchos secretos. Es como cuando una mujer
muy arreglada se quita el maquillaje por la noche, sus rasgos son los mismos pero la naturalidad de estos han sido eclipsados
por la pintura artificial. Quisiera poder ver a la Florencia de antaño donde los turistas no contaminaban con sus flash, ni
se hacían largas filas para admirar la catedral. El gobierno italiano explota inteligentemente su arte para atraer el turismo
a tal grado que por algunos momentos me sentí engañada, como si toda la ciudad hubiera sido organizada para vaciar mis bolsillos
de los pocos euros que llevaba. La lógica capitalista ha hecho del arte un producto mas, es inevitable. Los museos son extremadamente
caros y pocas veces hacen descuentos a los estudiantes.
Regresando a mi pregunta sobre la hermosura
y su significado considero que si se quiere conocer a Florencia entre las líneas hay que pasearse por la noche, uno descubre
entonces a los inmigrantes africanos vendiendo bolsas para mujer, a los jóvenes árabes haciendo un rap en alguna esquina.
Se descubren los fantasmas de Maquiavelo y de Dante, así como ratas y basura. Cuando el sol se esconde, la catedral del Duomo
se asemeja a la punta más alta del Everest: fría y majestuosa, intocable y espiritual, testigos de proezas humanas por la
salvación del alma y la conquista de la naturaleza. Me imagino que a 8850m de altitud se puede sentir el religioso paraíso
![](http://www.guiarte.com/florencia/patrimonio/images/florenciaplazaduomo.jpg)
Plaza del Duomo.
Monte Everest.
No pude contemplar por mucho tiempo la montaña florentina
pues la lujuria de la noche era peligrosa y la carne femenina indefensa. Bien decía Rousseau que la « la femme
est une menace pour elle-même » (la mujer es una amenaza para ella misma). Una mujer sola en lo noche italiana es presa
fácil. Entré al hotel con un mal sabor de boca ...
Dove è la pace? Busco la paz.
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