El pueblo colombiano y latinoamericano
tiene una serie de valores producto de nuestro adictronamiento religioso católico y un sentimiento de inferioridad de lo indígena
y lo autóctono con respecto a lo europeo o estadounidense. El presente artículo
presenta algunos de nuestras características más arraigadas así como una primera aproximación hacia una categorización de
nuestra cultura a nivel mundial.
Nuestros niños
La situacion
Tal como escribe el estudioso
Carlos Lemoine, los niños son el reflejo más puro de una sociedad. En
su grán mayoría la niñez colombiana tiene sus necesidades básicas insatisfechas, muy a menudo si corren con suerte pueden
escoger entre almuerzo o cena pero no las dos comidas. Viven una gran ausencia
de la figura paterna, y desean con ansias tenerla.
Las cifras
- El 86% de los niños colombianos quieren que sus padres dediquen más tiempo a hablar con ellos
- El 88% de los niños tienen miedo de que su mamá salga del hogar y no regrese
- El 69% de los niños colombianos declara que disfruta mucho quedarse en casa. En una ciudad como Tokio
sólo el 42 % dice lo mismo
- Cuando les preguntan a los niños qué es lo más importante de lo que les enseñan en el colegio, responden
en el siguiente orden:
1) La disciplina; 2) la obediencia; 3) la alegría; 4) el orden; 5)
la tolerancia; 6) la creatividad; 7) la independencia, y 8) la
capacidad de ser críticos
- Cuando les
preguntan quiénes le hacen mal al país, el 97% dice que los guerrilleros; el 93%, que los narcotraficantes; el 87%, que los
paramilitares y el 49%, que los políticos
Algunas soluciones
Tenemos una ventaja comparativa y es el hecho que pese a los
problemas, a nuestros infantes les agrada permanecer en casa. Este hecho
podría potenciarse para crear espacios de diálogo, siempre y cuando los padres se den cuenta de las necesidades de sus hijos. A nuestros niños les enseñamos a ser
obedientes, pero obedientes a que me pregunto. No pienso que el ser obediente
a la iglesia o a un credo impuesto sea la solución a todos los males. Por experiencia
propia, se nos amputa desde nuestra más tierna infancia el derecho a disentir y a decir lo que realmente sentimos. Al niño curioso se le tilda de « chino cansón » y gradualmente se le corta su curiosidad y así
se convierte en el niño obediente orgullo de toda madre.
Nuestros niños son los hijos del televisor, deben usarse los
medios audiovisuales para satisfacer la curiosidad de los más pequeños y ofrecerles una programación multitemática. No puedo sin embargo negar que están bien informados dada la respuesta a la última
pregunta, que lucidez !
Nuestros jóvenes y adultos
El colombiano es un ser alegre,
muy alegre (ver gráfico) cuya exhuberancia lo hace pasar de un extremo a otro. Si
nuestro equipo nacional gana hay muertes violentas y si no ganatambién.
Una de las situaciones más
dramáticas es el convencimiento de que la mejoría en la calidad de vida se da por suerte y no por sus capacidades personales
o trabajo arduo.
Este punto hace un poco referencia
a la cultura del vivo. El ideario popular estigmatiza que quien logró algo lo
hizo porque estuvo en el lugar adecuado en buen momento, mas que por sus sacrificios o trabajo arduo.
Las cifras
Según una encuesta reciente
lo que más hace sentir colombianos a los colombianos en su orden está : El Vallenato y el Futbol. Nuestras figuras más apreciadas son Gabriel Garcia Marquez, Shakira y Carlos Vives.
« Los colombianos son optimistas frente al futuro. A pesar de que en las encuestas
hechas en el país, sólo un 3% de los entrevistados se considera rico, un 23% espera morir millonario. » Carlos Lemoine.
Por último cuando se pregunta a los jóvenes entre 15 y 18 años sobre las cosas más importantes
que le piden a la vida, Colombia es uno de los países en donde la respuesta ampliamente mayoritaria no es la educación. "Para
estos jóvenes eso no es el mínimo que le piden a la vida, pues lo que demandan es un país en paz sin violencia ni corrupción"
Para qué los libros cuando pasan por el aire más balas que palomas y nuestros ríos tan
de rojo estan teñidos que en su desembocadura el mar parece hecho plasma y coágulo.
Sin embargo mis queridos lectores de Ekklesia y antes de que les empiece el negativismo
que carcome al ver los notisanguinarios, porque este artículo pretende todo lo contrario.
Colombia se levanta día a día, fuerte y más fuerte que ayer; en el panadero, en el albañil,
en el ama de casa y en el maestro y a pesar de todo lo que se diga seguimos siendo muy pero muy felices. Debemos entonces aunar esta felicidad en pos de algunos cambios estratégicos en nuestro pensar. Cambios que nos permitiran cambiar nuestra cultura monoexportadora.
Como es posible que todavía pensemos que el futuro
está en exportar bananos a 1 centavo la media tonelada cuando los japoneses con media tonelada de metal y plástico bien pensada
(sony, mazda) tienen una ventaja a su favor tan abultada que parecería muy dificil alcanzarlos. La balanza comercial de Colombia con el Japón está tan inclinada hacia su lado como la torre de pisa. Mientras nosotros exportamos, no más de 80 millones de dolares hacia este país, importamos
480 millones de dolares en productos de este país al año. La clave no está en
la cantidad; está en el tipo de producto. Enhorabuena la Asociación Nacional
de Cafeteros de Colombia ha decidido lanzar en grande sus cafés Juan Valdez que hace a nuestros cafeteros escalar posiciones
en la cadena de valor. Ya por esta época deben haber habierto la primera tienda
en Nueva York y más de 480 inversionistas de todo el mundo han expresado su deseo de invertir en franquicias.