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DE LA CUADRUPLE RAIZ DEL PRINCIPIO DE LA RAZON SUFICIENTE, ensayo filosòfico

Se bien que las cosas ahora no pintan como para que uno se pongo a filosofar; sé bien que los aportes de las otras personas parecen avanzar objetivos como una aplanadora sobre un violìn, y sin embargo, en vez de analizar con datos y centellas una cuestiòn precisa como parece ser costumbre, quiero aprovechar esta oportunidad para poner en "papel" el remolino existencial en el cual estuve y/o estoy metido desde poco menos de un mes.
 
Como todo remolino, la cuestiòn que aquì se trata es muy difìcil de explicar, entonces le voy a cambiar de forma y de ambiente.
Imàginese mejor un muro y un dìa sin sol y sin noche; Imagìnese un rìo sin agua, un rìo sin "rìo". Pregùntese lo siguiente "Could Jesus microwave a burrito so hot that he himself could not eat it?" (tomado de Homer in the simpsons). Cosas asì, por ridìculas que parezcan esconden una brisa extraña, una intranquilidad rocosa; en francés casi que podrìamos hablar de inquiétante étrangeté. De qué diablos estoy hablando? Estoy hablando de la nàusea.
 
Empezò como si fuera un hilo que me encontré por casualidad. Mucho después una palabra se me vino encima: la "realidad". Y pensé en lo que el coronel Aureliano Buendìa, muchos años después,  habrìa de recordar frente al pelotòn de fusilamiento: la vez que su padre lo llevo a ver por primera vez el hielo. Asì, remonté yo en mi historia, a mis recuerdos enormes y blancos como huevos prehistòricos, y me dì cuenta de còmo las cosas se nublaban entre màs lejos trataba yo de escrutar. Al llegar la noche soñé por fin que no soñaba nada y al despertar, desperté con una alegrìa profunda y profunda melancolìa y una cadena de palabras desencadenò mi desasosiego: ausencia, negro, profundo, estàtico, silencio, inconsciencia, irrelevancia, absoluto... muerte.
 
Sintiéndome y resintiéndome sobre el torso de mi cama, de patas al aire como una figura kafkiana, miré la ventana y adivinàndo al sol sentì pena por la noche y por los sueños no invadidos, y de repente, de Kafka saliò Kant y Schopenhauer y el pesado de Hegel y Nietzche y compañìa, y el brillo de un cuchillo de cocina obnubilò mi entendimiento.
 
La realidad...
 
Son tantas las noches que no he dormido, tantas veces le he ganado al trinar de los pàjaros en la madrugada, al señor del periòdico, al panadero!!, tantas veces he contemplado el sueño de otros, de mi perro: su peristalsis nocturna, que ahora, cuendo vivo el dìa a través de la noche, me parece que todo puede estar al revés. Y me pregunto a veces, si no serà que cuando despierto en realidad caigo en un sueño y cuando duermo me encuentro en un estado realmente consciente del cual no recuerdo nada cuando sueño pero que es lo ùnico real que ha de existir. En otras palabras qué me garantiza la realidad de lo que pienso percibir?
 
Ciertas consideraciones parecen importantes al respecto:
Escuchando las razones de varios cientìficos de renombre aquì en Francia, fisiòlogos, neuròlogos, psicòlogos y en especial una conferencia del Dr. Alain Berthoz, profesor de fisiologìa de la percepciòn y de la acciòn y miembro del "collège de France", conferencia intitulada "el cerebro y el movimiento" (consultable en la siguiente direcciòn http://www.canal-u.fr/canalu/sommaire_canalu.php?screen=1&vHtml=0, buscando donde dice "texte libre" las palabras "le cerveau et le mouvement" y seleccionando la conferencia correspondiente cuando se haya lanzado la bùsqueda.), se puede llegar al siguiente razonamiento: El cerebro no reproduce exàctamente lo que los sentidos recogen: no tiene tiempo de asimilarlo todo, ni las capacidades de comprenderlo todo. Es asì que dicho òrgano nos 'recrea' una realidad que nos permite movernos en el mundo satisfactoriamente sin necesidad de asimilar lo que pasa 'verìdicamente'. Dicha recreaciòn se basa en modelos prefabricados a partir de la experiencia. Para tener un ejemplo empìrico del asunto mìrese la animaciòn siguiente tomada del Max-Planck-institut de Alemania, bajo el tìtulo "Visual Illusions": "What we see is what we expect to see" (si no ve la animaciòn, después de haber hecho click aquì abajo haga click derecho en el sìmbolo "real" en la parte superior derecha de la pàgina que se abre y seleccione "reproducir in RealOne player") :
 
 

haga click aquì para abrir el archivo

 
El Instituto explica que nuestro cerebro, basado en las experiencias cotidianas, espera que las caras sean siempre convexas, de modo que nos resulta dificultoso ver una cara desde adentro, sabiendo que la experiencia nos dice que la nariz siempre està apuntanto hacia afuera y no hacia adentro.
Ahora bien, si bien es cierto que la animaciòn no muestra sino dos dimensiones (la profundidad siendo imposible aquì), es interesante su anàlisis para entender que el cerebro tiene mùltiples lìmites a la hora de interiorizar al mundo.
 
Toda la anterior consideraciòn me lleva a formular lo siguiente:  
La realidad que nuestro cerebro nos presenta puede ser una realidad totalmente retocada, fruto de deducciones lògicas basadas en la experiencia, cosa que permite agilizar nuestros movimientos y filtrar la informaciòn progresivamente. Pero cuàl es la verdadera realidad? Qué es exàctamente lo que el cerebro filtra? còmo obtener toda la informaciòn de los sentidos? Y si el cerebro no puede con toda la informaciòn aportada por ellos, para qué tenemos unos sentidos tan potentes?
 
Para todas las anteriores preguntas, no tengo respuesta, pero puedo formular una hipòtesis acerca de la 'realidad' a la cual hacemos alusiòn comùnmente. 
 
Fausto decìa otrora, segùn refiere el Dr. Berthoz citado arriba, "al principio era el verbo"; luego corregìa: "al principio era la potencia"; y concluìa finalmente "no, al principio era la acciòn". Es pues para mì ésto ùltimo algo fundamental: la realidad es la acciòn.
 
(la continuaciòn de éste ensayo se encuentra en la entrega de la siguiente semana).