A tal punto llega mi ignorancia, que pensaba que Al Pacino era el nombre de la película en italiano.

 

Debo decir que esta película en su primera parte es agradable pero dista de ser un clásico en mi opinión.  Tal vez se trata de una de esas obras que para ser admiradas en su verdadera dimensión deben ser vistas en sus tres partes.  En la vida se nace, se crece, se reproduce y sí; en la cuarta parte se muere.  El Padrino no tiene cuarta parte y gracias a esto sigue estando muy presente en la crítica y en las conversaciones de los cinéfilos.

 

La historia narra la vida de la famila Corleone y nos adentra en la vida de la mafia italiana de Nueva York.  La película transcurre entre el blanco y Negro de la elegancia sepulcral de los protagonistas y el folklor y la importancia de las reuniones familiares.

 

Don Corleone pregunta en un momento dado, Usted pasa tiempo con su familia?.Porque un hombre que no pasa tiempo con su familia no es un verdadero hombre.

 

Tal vez uno de los aspectos que más me atrajo de la película es la manera como la historia nos envuelve,al punto que cruzamos los dedos para que la familia Corleone logre incluso sus no muy nobles propósitos, aún cuando se trate de asesinatos.

 

El cambio de mentalidad del hijo menor de Don Corleone (protagonizado por Al Pacino) nos muestra como los valores y la vida misma de un hombre se encuentran a merced de su entorno.

 

Este personaje inicialmente traza una línea cortante entre las prácticas criminales y su vida intachable al punto de pertenecer a la armada estadounidense. Sin embargo después del intento de asesinato en el que por poco sucumbe su padre no dudó en convertirse en el más aguerrido de los asesinos de la familia.

 

Los temas abordados son de suma actualidad y el tratamiento que de ellos se hace en la película se situa a la vanguardia de la época.  Don Corleone se opone contra viento y marea a hacer negocios de droga y esboza argumentos convincentes en los que enuncia que las apuestas y los casino son justificables; pero las drogas jamás.

 

Ratifico que es una posición en cuanto a las drogas que anticipa su época.  Inclusive los habitantes de nuestro país Colombia hasta hace muy poco pensábamos que la droga contribuía al desarrollo del país.  Basta escuchar a la gente lamentarse de que no se haya aceptado que Pablo Escobar pagase la deuda externa.  Si tan solo hubiésemos escuchado a Don Corleone años atrás, tal vez tener un pasaporte colombiano, no representaría la actual inversión juridico-policiva: si se es colombiano, se es culpable hasta no demostrar lo contrario.

En conclusión la película es un retrato de la mafia, con toda la pasión y el humor dignos de una organización criminal que a nosotros nos hace reir por su folklor y a muchos otros silenció.